Il Grande Claudio

martes, noviembre 21, 2006

Ángulos

Anteayer tuve que despedir a la mujer a la que amo en la boca del metro apretando las nalgas tanto que podría haber doblado un abreostras. Después me supo mal, claro, porque mi cara tenía que ser un poema, pero en ese momento lo único que tenía en la cabeza era el contenido de mis intestinos.
La conclusión evidente de todo esto es que mi cerebro esta hasta arriba de mierda.
Me encamino hacia mi morada por el camino más corto, esperando encontrar algún sitio decente donde aposentar las posaderas y soltar lastre. ¿O Vall D'Ouro 11? No gracias, no quiero oler el pulpo desde el W.C. ¿El Bar de Luis? Mmmm... Tengo por regla no defecar con fiestas gitanas al otro lado de la puerta. ¿Paki-Cyber? Nunca nunca nunca, este es un consejo para toda la juventud: bajo ningún concepto usen los retretes de los locales de conexión internet porque, a diferencia de los bares y restaurantes, éstos no tienen que pasar por las zarpas de ningún departamento de sanidad. ¿El Bingo? Casi prefiero no tener que usar los lavabos tan poblados por la tercera edad. ¿Tasca Morales? ¿Bar Virginia? Cerrados. ¿El Rincón de Viti? Un bareto de menús, donde van los jugadores de baloncesto y balonmano del Barça de vez en cuando, higiene media, tapas decentes, precio indecente... me voy p'adentro. La puerta del W.C. se cierra, completo mi ritual de usar servicios públicos (que un día explicaré con más detalle) y se abre mi mente y mi esfínter. Y he aquí que pienso que hay una diferencia fundamental entre ir al excusado en casa y hacerlo fuera.

Il Grande Claudio, diccionario escatológico, hoy os define: el derrape. El derrape es el rastro que, debido a su viscosidad, deja el zurullo en su trayectoria por la taza del váter. Los hombres sienten la imperiosa necesidad de "limpiarlo" miccionando sobre su superficie.

Y he aquí la diferencia: ¿por qué demonios en casa o en casa de mis amigos o familiares apenas dejo rastro mientras que en cualquier lugar público los derrapes que quedan parecen los de Carlos Sainz? Y la respuesta está en que la morfología física de ambos tipos de defecatoriums están claramente diferenciadas. Mientras que en los hogares la inclinación del tobogán es súbita, favoreciendo la desaparición del desecho, en sus contrapartidas comunales el ángulo de impacto y caida se aleja notablemente de la verticalidad.
¿Por qué está discriminación? ¿Hay alguna razón objetiva que justifique este hecho? Estoy que vivo sin vivir en mí... Tengo una teoría, una hipótesis más bien, y es que es un complot mercantilista de las empresas de limpieza de W.C. para que los bares y comercios consuman mayor cantidad de sus productos; salvaguardando sin embargo la integridad de los retretes privados por razones éticas.
No me lo explico de otra manera.

Escrito por Il Grande Claudio a las 2:49 a. m.


4 Comentarios:

Anonymous Anónimo...

Grande, Claudio!!

3:59 a. m.  
Anonymous Anónimo...

Sí, 22º creo que se acerca al estándar hogareño.

Obviamente, imagínate como sería si en lugar de porcelana hubiese papel de lija.

Si comes sólo caldo de pollo con arroz hervido creo que nunca se tienen este tipo de problemas.

4:15 a. m.  
Blogger El Chusco...

Muy bueno. Dejando a un lado el rozamiento de la loza, ¿considera usted que su amada realmente pudo haberse percatado del firme rigor de su postura o de la lírica latente de su rostro? Y si así fuera, ¿supo discernir ella a qué respondía?

Consuélese pensando que en un momento crítico usted triunfó en lo más dificil, allá donde muchos valientes finalmente se cagan.

11:24 a. m.  
Anonymous Il Grande Claudio...

Ella es sabia y casi omnisciente. Yo creo que era consciente pero a la vez misericordiosa con mi indigna situación.

1:29 p. m.  

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